Crecí rodeada por gente que le encanta leer: mis papás, mi hermana, mi abuela, tías, mis mejores amigas… Todos se devoran libros sin parar y siempre platican sobre el último libro que leyeron, la nueva trilogía de su autor preferido, o el último bestseller… Y yo me siento como una “outsider“, como la rara que no lee.
Siempre he querido tener también ese hábito que todos a mi alrededor disfrutan tanto. Pero, la verdad de las cosas es que me desespero, me cansó y dejo los libros a la mitad. Siento que no leo con la gran velocidad que leen los demás y mejor dejo el libro.
Sin embargo, sigue siendo un hábito que quisiera tener y no lo suelto. Inclusive, en mi lista de “19 for 2019” menciono que quiere leer 5 libros en este año. (Apenas llevo 1 y medio…).
Estoy en constante búsqueda de tips para poder incrementar mi lectura, ¿cómo le hace esa gente que lee mucho? ¿a qué hora lee? ¿cuáles son los mejores hábitos para darle continuidad? Por lo general, mencionan que debemos encontrar una hora en el día que se acomode a nosotros y leer un capítulo diario o 10 páginas o simplemente 15 minutos.
Dicen que con eso tenemos para terminar mínimo 10-12 libros en el año. Eso a mi siempre me parece increíble, ¡padrísimo! ¿Qué tan difícil puede ser encontrar 15 minutos en mi día para sentarme a leer? Si tan solo lo encuentro pudiera lograr lo que siempre he querido, ¡leer y leer y leer!
Se escucha muy sencillo. Sin embargo, no logro encontrarlos. Mis días se llenan de otras cosas. Y como dicen: “el que quiere, puede“. Al no estarle haciendo tiempo a una actividad que, según yo, quisiera hacer entonces demuestro que en realidad no es una prioridad. Sin embargo, aún no me quiero dar por vencida.
Pues el domingo pasado tuve un momento de claridad:
Me senté un rato a avanzar en mi rompecabezas. Llevaba alrededor de 40 minutos entretenida acomodando piezas cuando de pronto el ambiente empezó a cambiar: el cielo se nublaba y no había suficiente luz natural. Pero tampoco estaba tan obscuro para que la luz de las lámparas alumbraran bien. Como que las cosas no se estaban acomodando y estaba batallando en seguir poniendo piezas.

Aún era temprano y faltaba tiempo para tener que alistarme para la comida familiar. Decidí entonces subir un rato a mi cuarto, aprovechar la tranquilidad de la mañana, y sentarme a leer. Fue solo un ratito, pero lo disfruté mucho.
Después me di cuenta, ¿por qué si quiero leer busco únicamente que sea algo diario? ¿por qué no puedo leer una vez a la semana? ¿por qué tiene que ser todo o nada? Hay otras cosas en mi vida que solamente hago una vez a la semana o una vez cada 15 días y las disfruto mucho: jugar canasta con mis amigas, convivir con algunos grupos de amigos, juntarme a desayunar… antes las series eran solamente 1 vez a la semana, ¿por qué mi lectura no podría ser igual?
Por lo tanto, decidí comprometerme conmigo misma a ser paciente. A intentar la lectura mínimo 1 vez a la semana. A llevar mi propio paso. Aunque sé que quizá para otros será muy poco, para mi es suficiente. No me voy a exigir el “todo o nada”. Voy a intentar acomodarlo a mi.
Me recordó a lo que platicábamos en hace algunos posts sobre hacer pequeños cambios. Empezaré con esto, y veremos si poco a poco se vuelve algo que sucede más seguido. O quizá no, quizá solamente será una actividad de un día a la semana y eso está perfecto también.
Y tú, ¿te has encontrado en alguna situación similar? ¿considerarías quizá hacer esa actividad con menos frecuencia o menos intensidad? Permítete llevar tu propio ritmo. Siempre será el correcto.
Totalmente de acuerdo Dany!!! Yo antes si leía mucho pero en este momento de mi vida no encuentro el tiempo o no le doy la prioridad para sentarme a leer. Tengo tantos libros que dejo a la mitad porque me desespero y les pierdo el hilo. Tratare una vez a la semana también para ir a mi ritmo sin desesperarme!
LikeLiked by 1 person
Super Gaby!!!! We can do this! Jaja
LikeLike